Queridas, cómo estáis? cómo sentís vuestra piel y, sobre todo, vuestro cuero cabelludo? Últimamente en el salón nos estamos encontrando con muchas patologías en el cuero cabelludo, alteraciones que muchas de vosotras no teníais y que ahora habéis desarrollado. Nos hacéis muchas preguntas y hoy con esta entrada al bloc intentaré explicaros todo lo que sé de la piel, sus funciones, estructura y particularidades del cuero cabelludo y cuidados esenciales para mantener una piel sana.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y cumple una función crucial en la protección, regulación y percepción del entorno. Dentro de sus múltiples áreas, el cuero cabelludo es una de las más sensibles y fundamentales, ya que alberga los folículos pilosos responsables del crecimiento del cabello y actúa como una barrera contra agentes externos.
La piel está compuesta por tres capas principales, cada una con funciones específicas:
* Epidermis: la barrera protectora
Es la capa más externa de la piel y está compuesta principalmente por queratinocitos, células que producen queratina, una proteína que refuerza la resistencia cutánea. También contiene melanocitos, responsables de la pigmentación de la piel. La epidermis se renueva constantemente a través de un proceso de descamación y regeneración celular.
Debajo de la epidermis se encuentra la dermis, una capa más gruesa formada por fibras de colágeno y elastina, que proporcionan firmeza y elasticidad a la piel. Aquí se encuentran los vasos sanguíneos, terminaciones nerviosas, glándulas sebáceas y sudoríparas, que ayudan en la regulación térmica y en la hidratación de la piel.
También conocida como tejido subcutáneo, esta capa está compuesta por tejido adiposo que actúa como aislante térmico y reserva energética. Además, ayuda a amortiguar golpes y protege los órganos internos.
Pues bien, en el cuero cabelludo encontramos unas características y funciones concretas.
El cuero cabelludo es una extensión de la piel, pero con algunas diferencias clave. Su principal característica es la presencia de una gran cantidad de folículos pilosos que producen el cabello, además de una alta densidad de glándulas sebáceas. Estas glándulas son responsables de segregar sebo, una sustancia lipídica que mantiene el cuero cabelludo hidratado y protege el cabello de la sequedad.
En el artículo anterior os hablé del cabello graso, que es una patología que sucede cuando la glándula sebácea está excesivamente activa. Pero realmente, esta glándula tiene grandes funciones que nos ayudan (siempre y cuando este regulada) en el mantenimiento de la piel de nuestro cuero cabelludo.
Una de ellas es la protección que crea formando una barrera frente a agresores externos como radiación UV, contaminación y microorganismos.
También nos ayuda con la regulación térmica, ya que gracias a la actividad de los vasos sanguíneos y la presencia del cabello, ayuda a mantener la temperatura corporal. En el salón alguna de vosotras nos ha compartido su experiencia: si por alguna circunstancia habíais perdido el cabello, siempre nos habéis hecho el comentario del frio que notabais en la cabeza y como os desregulaba vuestra temperatura corporal.
Nuestra sensibilidad sin duda es un factor importante. Esta glándula contiene terminaciones nerviosas que detectan estímulos como el tacto, la presión y la temperatura.
Tanto la piel como el cuero cabelludo pueden reaccionar ante distintos estímulos, dando lugar a diversas afecciones y reacciones. La sequedad es la más habitual y es algo que puede ocurrir por falta de hidratación, cambios climáticos, el uso excesivo de productos agresivos y algo más natural como cambios hormonales. También el agua que cada vez está más tratada en las grandes ciudades genera mucha sequedad.
La irritación y enrojecimiento suelen estar asociados a reacciones alérgicas, dermatitis o una exposición prolongada a agentes irritantes que nuestro cuerpo no acepta.
La caspa y descamación son causadas por la proliferación excesiva de un hongo llamado Malassezia o por sequedad extrema.
El exceso de grasa se produce cuando hay un aumento en la producción de sebo, lo que puede obstruir los poros y causar inflamación en nuestro cuero cabelludo generando la dermatitis seborreica.
Pero con cuidados esenciales en nuestra piel y cuero cabelludo podemos mantenerlos en óptimas condiciones. Es fundamental seguir una rutina de cuidado adecuada:
La piel y el cuero cabelludo desempeñan un papel fundamental en la protección y regulación del organismo. Conocer su estructura y funciones nos permite adoptar hábitos saludables que mejoren su estado y prevengan problemas cutáneos. Incorporar una rutina de cuidado adecuada, mantener una alimentación equilibrada y evitar factores de riesgo como el estrés y la exposición solar sin protección son claves para mantener una piel sana y un cuero cabelludo equilibrado.